La leyenda del Minotauro
Cuenta la leyenda que Minos, el rey de Creta, tenía una mujer llamada Pasifae. Dicho rey a su vez era amigo de Poseidón, dios del mar, el cual por su vinculación con el rey y la amistad que les unía, le regaló un hermoso toro blanco. Un día Minos ofendió gravemente a Poseidón, y este, por venganza, hizo que Pasifae se enamorase del toro blanco. Como fruto del amor entre el toro y la mujer nació el minotauro, una criatura con cabeza de toro y cuerpo de hombre, con dimensiones bestiales, que se alimentaba unicamente de carne humana.
Para esconder su vergüenza y proteger a su pueblo, el rey Minos rogó al interventor y arquitecto Dédalo que construyera un laberinto del que la bestia nunca pudiera escapar. Cada nueve años, a fin de apaciguar la furia de la bestia y como tributo a la ciudad de Atenas, Minos ofrecería a la vestia siete jóvenes y siete mujeres, los cuales vagarían desorientados por los pasillos estrechos del laberinto mientras oían los gruñidos de la bestia hasta que se topaban con ella.
Detalles de la obra
Datos técnicos de la escultura
La estatua del Minotauro tiene unas dimensiones de un metro de lado y ancho por dos metros de altura. Tallado en piedra floresta, también llamada vinaixa, procedente de la provincia de Lleida, es una arenisca de grano fino, de composición límpia y sin impurezas, con firmeza ideal para la talla. Se aprecian varios detalles que aluden a la leyenda griega del minotauro, como la calavera humana que el minotauro sujeta en su mano, los restos de huesos que yacen a sus piés o el hacha, donde aparece un símbolo refiriéndose al que fue el arquitecto Dédalo que construyó el laberinto. Además el hacha integra la estela cántabra, pues es el lugar adoptivo donde descansa el minotauro desde marzo de 2023.